Se me piden normas didácticas. Preferiría despertar una conciencia didáctica (escribía Puig Adam); sugerir formas de sentir antes que modos de hacer. Sin embargo, por si valieran, ahí van las sugerencias que estimo más fundamentales:
- No adoptar una didáctica rígida sino amoldarla en cada caso al alumno.
- No olvidar el origen concreto de la Matemática ni los procesos históricos de su evolución.
- Presentar la Matemática como una unidad en relación con la vida natural y social.
- Graduar cuidadosamente los planos de abstracción.
- Enseñar guiando la actividad creadora y descubridora del alumno.
- Estimular dicha actividad despertando interés directo y funcional hacia el objetivo del conocimiento.
- Promover en todo lo posible la autocorrección.
- Conseguir cierta maestría en las soluciones antes de automatizarlas.
- Cuidar que la expresión del alumnado sea traducción fiel de su pensamiento.
- Procurar a todo alumnado éxitos que eviten su desaliento.
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