21 de enero de 2020

Ana Cerini Comunidad de Educadores de la Red Iberoamericana de Docentes. Aporte para el 2020 Año Iberoamericano de la Cultura Científica
Una decisión impostergable: educar para una cultura científica hacia un desarrollo integral del conjunto social.

Para crecer un país en todas sus dimensiones requiere de muchos factores. Uno de ellos es la educación, brindando elementos a su pueblo para que piense racionalmente y desarrolle su capacidad creativa.

¿Qué tipo de educación necesita? Aprender a pensar, discernir, razonar; aprender a trabajar juntos, entre varios.

No todo se elabora desde el pensar de un solo miembro, sino que, generalmente, ayuda a que se combinen distintos criterios, diversas apreciaciones. Afirmamos que teniendo establecido un objetivo, podemos apuntar que todo suma, buscando los mejores vectores que necesariamente complementen el primer pensar.

Si la educación forma sosteniendo la necesidad de una cultura científica, no sólo ayuda a los alumnos a buscarla y adentrarse en este modo de pensamiento, sino que además, llegará a impactar en la comunidad toda, a través de los logros de los alumnos que vayan egresando, con esta modalidad de trabajo y elaboración.

¿Qué significa educar para una cultura científica? Enseñar en todos los niveles, iniciando en el mismo nivel inicial, a no sostener algo simplemente porque sí; sino a examinar fundamentos teóricos y de la realidad que sostengan una mirada científica, no caprichosa, ni delirante.

Educar la mirada de los niños, que luego se continuará con jóvenes y adultos, a indagar en la realidad, al mismo tiempo que en la multiplicidad de información que nuestra sociedad hoy brinda: bibliotecas presenciales y virtuales, libros, documentos, indagando personalmente, cuanto por todas las vías que la técnica contemporánea brinda.

Muchas veces nuestros niños y jóvenes no saben mirar en profundidad las diversas situaciones que los rodean. Tan adheridos están a lo instantáneo que los teléfonos suelen brindarles en jueguitos y entretenimientos, que no se detienen a contemplar la realidad misma, fuente de múltiples informaciones que necesitan ser miradas y contempladas en profundidad.

Razonar sobre lo detectado, aunque lleve un rato de meditación, tanto en soledad cuanto compartiendo con otros e investigando sobre ello. Leer mucho, ya que la lectura siempre nos brinda posibilidades de ampliar nuestros conocimientos acerca de lo que deseamos conocer y profundizar. Compartir dialogando con compañeros, amigos, presentes o distantes, que nos ayudarán a indagar en diversos rasgos nuestras primeras ideas.

Las tan mentadas ferias de ciencias que desde antaño han mostrado vida y color en nuestras escuelas, han despertado interés en niños y jóvenes por la investigación creativa, y han brindado posibilidades de crecimiento, hacia la adquisición de pensar con metodologías científicas. El trabajar juntos, como decíamos previamente, colabora en esta cuestión. Pero es necesario instarlos a desarrollar ese modo de acceder al conocimiento, y despertar la curiosidad de averiguar los “por qué” de los distintos aconteceres.

Personas, educadas de tal modo, no podrán ser manipuladas desde los medios de comunicación, formularán sus propios criterios y tomarán sus propias decisiones. Si las escuelas e instituciones educativas actúan de tal manera, permitirán mayor grado de libertad a las personas mismas, que dejaran de lado obviedades, buscando un pensamiento profundo y de mayor complejidad.

Los países crecen a la par del modo de pensar científico de sus habitantes. Nada surge por azar; todo es resultado de una búsqueda lograda que se manifiesta en progresos y mejoras.

Es muy agradable y gratificante efectuar descubrimientos. Pero para ello es necesario previamente contar con los educadores que instarán a sus alumnos a tal búsqueda curiosa, que acarrea tanta alegría.

El educar proponiendo la confección de trabajos por grupos, dándoles tiempo y libertad en sus presentaciones, lleva a competencias en la que todos salen beneficiados; los del mismo grupo que vieron como sus compañeros colaboraron con ellos, y la mirada a los trabajos de los otros grupos de compañeros que seguramente aportan ideas originales, novedosas y llamativas que gustará emular.

Si se educa con principios rígidos y cerrados poco de ello se logrará, ya que son limitantes de la creatividad personal propia de cada quien y del conjunto. Son los educadores quienes tienen que estar imbuidos de tal modo de enfrentar la realidad y especialmente la profesión, atendiendo a la riqueza de cada uno de sus alumnos, orientándolos a crecer en sus posibilidades y ambiciones.

Tengamos presente que son justamente los docentes quienes pueden ayudar a crecer, o pueden limitar, obstruir, detener.

Es indispensable que el docente sea curioso el mismo; que tenga plasmado en su ser que su profesión es ser generador de un pensar científico, creativo y libre; que este convencido que es hermoso descubrir soluciones a cuestiones no resueltas; que si bien posee principios valiosos, sus alumnos pueden llegar a ser más que el mismo; que lo esencial de ser docente es tender hacia la formación integral de sus alumnos, o sea su plenificación.

¡¡¡Al pasar los años, cuando alguno de sus exalumnos se destaca en la vida y en el desarrollo científico, político o social, el premio que recibe ese docente en su interior, es muy superior a la retribución económica percibida en su momento!!!

Por lo señalado, consideramos indispensable que el docente de todos los niveles conozca técnicas de motivación para sus alumnos, buscando despertar el interés para que ellos busquen indagar y examinar. Enseñarles a plantearse múltiples preguntas acerca de diversas cuestiones reales o virtuales. Suelen ser esas preguntas, ese preguntarse, las que los llevarán a develar cuestiones aún no abordadas y tal vez, ni consideradas en oportunidades anteriores.

Un docente debe contar con currículos que estén diseñados incluyendo ciencia, técnica, sociedad y ambiente. Si no lo tuviera, el miso deberá incluir lo necesario, para atender a la integralidad de la actualidad a desarrollar.

La tecnología invade cada vez más todo nuestro tiempo Y es necesario saber usarla para avanzar en los propósitos que nos planteemos. La metodología científica, no puede estar fuera de todas las áreas curriculares y espacios de reflexión. La misma sociedad en la que está inmerso, desde un pensamiento crítico, seguramente necesita cambios, al igual que el ambiente que nos rodea. Para poder detectar esas carencias, fallas o limitaciones en el conocer, es necesario ampliar la mirada, indagar y detectar cuáles son sus falencias. La mirada complementaria y colaborativa de los compañeros, ayudará a profundizar el pensamiento y tal detección, sin barreras que obstaculicen.

La búsqueda de posibles explicaciones alternativas hasta encontrar la que pareciera más acertada debe ser estimulada por el cuerpo docente; proponerles incluso que las ofrezcan a las posibles críticas de sus compañeros, en donde hallarán seguramente las dimensiones de análisis no contempladas al momento.

Considero que si todos los docentes actúan de este modo, de manera conjunta, coordinada y colaborativa, lograrán resultados que impactarán necesariamente en la sociedad y su cultura.

Una de las cuestiones que serán desechadas con total seguridad, será la desidia y desinterés de los alumnos, que pareciera viven aburridos. El vivir en una sociedad donde nadie se cuestiona nada, se la acepta tal cual es, sin razones de peso para continuarla, debe entenderse que fue pensada por alguien que trató de planificar algún modo de vida que, tal vez, no sea significativamente valioso para nosotros mismos. Otra cuestión que será así desterrada es la posibilidad de ser manipulados, a nivel personal como a nivel del conjunto. Sabrán discernir entre lo bueno y lo malo, lo valedero y lo intrascendente, detectar los intereses particulares de quienes intentar emplear medios de comunicación para manipular, no siempre valiosos para cada uno y para el conjunto del pueblo. Éstos buscan anular la capacidad crítica de cada quien, ejerciendo un control de sus elecciones y comportamientos; pero imposible es que lo logren con aquellos formados para una cultura científica.

Los cambios profundos, probablemente solos no los lograremos, pero sí en conjunto, podremos ir presentando cuestiones que hagan madurar a la sociedad toda, acerca de la necesidad de lo que propongamos. Recordemos el refrán popular que afirma que “la unión hace la fuerza”. Si son propuestas científicamente elaboradas, tendremos allí mismo el fundamento necesario para sostenerlas y defenderlas.

Concluimos señalando que la educación, así brindada, será una de las claves para el crecimiento del país, además del personal.